VALERIA LYNCH PRESENTÓ SU CD HOMENAJE AL ROCK NACIONAL. CON
TEMAS ICÓNICOS DE LA HISTORIA DE NUESTRO ROCK, E INVITADOS ILUSTRES, LA
INTÉRPRETE QUIERE PISAR FUERTE EN UN TERRENO QUE LA VIO NACER EN LO ARTÍSTICO
EN LA DÉCADA DEL ’70 Y AHORA LA RECIBE COMO UNA ARTISTA MADURA QUE QUIERE
EVOCAR AQUELLA ÉPOCA. AQUÍ TE CONTAMOS QUÉ NOS PARECIÓ SU CD “EXTRAÑA DAMA… DEL
ROCK”
(Por Antonio De Biase). Es más usual de lo pensado que grandes artistas a nivel
mundial abandonen por un tiempo el estilo que los hizo famosos y conocidos,
para incursionar en otras vetas diferentes.
En el caso de Valeria Lynch, no se trata de un terreno
intransitado por la cantante de Villa Urquiza. Valeria, comenzó cantando en los
sótanos en la década del ’70 cuando el rock era marginal, casi mal visto. Lo
hacía junto a otros artistas nacientes de la talla de Luis Spinetta, el negro
Horacio Fontova, el Negro Rada, Alfredo Toth (famoso violero de Los Gatos), y
otros.
Valeria tenía el rock entre las venas y a través del grupo
Expression cantaba en los pubs, sin mayor éxito masivo. Ella quería ser popular, por
lo que cuando conoció al empresario Héctor Cavallero, decidieron cambiar por un estilo
más internacional y comenzó a hacer baladas, que con el correr del tiempo la catapultaron al éxito sin escalas.
Este año, Valeria quiso sacarse el gusto y le propuso a Sony
Music, su compañía discográfica, hacer un disco de rock nacional con grandes
éxitos. A pesar de la sorpresa inicial, la disquera le dio el guiño para
comenzar a hacerlo y se armó una banda específicamente para grabar el disco.
Bajo la dirección general del mítico productor Alvaro Villagra, y el coaching
vocal Mariano Martínez (Ataque 77), Valeria se embarcó en una aventura muy
riesgosa.
El disco que tiene colaboraciones y arreglos de la talla de
Los Tipitos, el mismo Ataque 77, Dhany Ferrón, contó con participaciones
especiales de jerarquía, que sin duda
enriquecieron la experiencia.
Valeria grabó Par Mil, donde hizo dueto con el mismísimo
Ricardo Mollo. Un tema super escuchado pero al que le encontraron un estilo
diferente, gracias a una melodía y unos arreglos góspel que le dieron un tinte
muy espiritual que no le queda nada mal.
También participó Claudio Marciello (“El Tano”) en una
lograda reversión de “La Ciudad de la Furia” de Soda Stereo. El sólo final de
guitarra de Marciello, acompañado por unos agudos marca registrada Lynch, le
dieron un tinte diferente y actual. El resto del tema contó con una voz muy
ajustada a los graves iniciales casi susurrados, y unos acotados agudos en el
estribillo que le sirvieron para redondear una versión muy sólida y atractiva.
Otro de los invitados fue León Gieco, quien la acompañó en el
tema “Ella”, que el cantante escribió
para su madre. Casi una balada, donde Valeria se sintió tan a gusto que pareció
hacer un tema propio.
Ataque 77 tocó su tema “Arrancacorazones”, con la participación
de Mariano Martínez. Aquí Valeria también lució bastante contenida, aunque hay
que decir también que el tema es bastante lineal y no ofrece la oportunidad de
realizar demasiados cambios a la versión original.
Ataque también reversionó el éxito de Lynch “Esa extaña dama”
en ritmo punk rock, con una melodía muy pegadiza y actual. La voz de Valeria se
amoldó quasi naturalmente para darle un tinte moderno y diferente al hit inoxidable
de la popular cantante.
Los Tipitos participaron en dos temas. El primero, y el que
más me gustó de los dos es “Fue amor”, con arreglos muy dinámicos y fraseos
distintos a la reversión por excelencia del tema de Páez, que es nada menos que
Fabiana Cantilo. Valeria corta los fraseos y logra un estilo particular.
Asimismo, el tema no pierde efectividad al agregarle un fragmento de “Mariposa
Technicolor” que pareciera que siempre estuvo en la versión original. Uno de
los temas más firmes del CD y que sin duda, tranquilamente puede ponerse al nivel del de Cantilo.
El otro tema con participación de Los Tipitos fue “Dulce
Condena”, donde aquí si, uno de los fuertes que tiene la canción es la cadencia
constante que va encadenando cada estrofa en forma natural. Aquí la melodía no
parece quedarle del todo cómoda a la intérprete ofreciéndonos un resultado no
tan convincente.
Sin dudas uno de los
puntos fuertes es la versión de “Desconfio”, el hit eterno de Pappo. El
blues a Valeria le cae como anillo al dedo para desplegar su enorme registro
vocal, comenzando con los graves más corposos, llegando a los agudos más
desgarrados en el final, alcanzando el clímax del disco con una versión que no
te deja indiferente. Una interpretación que luce más increíble gracias a la
ausencia del vibrato, recurso que Valeria suele usar en sus exitosas baladas pero
que en estos temas no hubieran sido apropidados. En mi opinión, “Desconfío” es
el tema más espectacular de la placa.
También disfruté mucho de “Himno de mi corazón” (con sorprendente
alegoría a “Walk on the wild Side”, que le queda genial) y “Seguir viviendo sin
tu amor” bajo la batuta de Dhany Ferrón que le otorga mucha credibilidad a la
apuesta de la intérprete que no duda en llevar la interpretación al terreno que
más le gusta.
El grupo GIT también fue homenajeado en el tema “Es por amor”
con acordes que indefectiblemente hacen acordar al éxito de Madonna “Like a
virgin”, que al contrario de lo que muchos pueden pensar, le otorga una fuerza
y una actualidad que hacen del tema uno de los más pegadizos y logrados a mi
gusto.
David Lebón acompañó con soberbios solos de guitarra en la
versión valeriana de “Mundo agradable” que sonó afiatada y moderna. Por otra
parte, Valeria se sacó el gusto y grabó una especie de himno del rock como es el
tema “Seminare” de Seru, en una versión muy contenida y respetuosa de la
estructura original.
Y finalmente, la perla inimaginable fue la versión heavy
metal del hit “Ámame en cámara lenta”, donde Lynch fue acompañada por el grupo
cordobés Marya, encabezado por Franco Lerner, que transformó este tema icónico de la carrera de la cantante en uno de los más transgresores del
disco, con agudos dignos de escuchar y admirar (por parte de ambos), que dejarán boquiabiertos a más de uno.
En definitiva, “Extraña dama del rock” es un gran homenaje
al rock nacional, con versiones muy logradas en su gran mayoría, y
participaciones que le otorgan aún más brillo que incluso el que logró adosarle
la propia Valeria Lynch. Un disco que no pasará desapercibido. Ni para su
público habitual, acostumbrado a sus baladas románticas, ni para los rockeros
de toda la vida, quienes algunos aceptarán gustosos la propuesta, y otros
seguramente, la cuestionarán.
En mi parecer, es una de las sorpresas discográficas del año, con gran producción, con
muy buenos arreglos y con un sello indudable que tiene una trayectoria indiscutible de más de cuarenta años por parte de la intérprete, que obliga a escuchar
con atención antes de prejuzgar, y valorar el trabajo como se merece.